En 1652, las cafeterías se convirtieron en lugares donde nacieron las ideas liberales, debido a su frecuentación por parte de filósofos y letrados y donde se distribuían panfletos. Los flujos de ideas alimentadas por el café modificaron profundamente el reino unido.
Varios estudios han encontrado relaciones entre el consumo de café y varias condiciones médicas, desde la diabetes y enfermedades cardiovasculares hasta el cáncer y cirrosis.
El café es uno de los principales productos del llamado comercio justo. La etiqueta Max Havellar fué dedicada inicialmente a este producto que fué elegido como símbolo, porque era el producto mas exportado despues del petróleo y porque su precio se fijaba en la bolsa de los mercados internacionales, aunque sea producido en su mayoría por pequeños campesinos y empresas familiares. Los compradores que disponen de ésta etiqueta se comprometen a comprar el café a un precio mínimo incluso aunque los precios mundiales sean inferiores a este límite máximo. Las palabras de Carlos Vives (cantante colombiano de música de nuestro folclor) en una canción «la resistencia a olvidar las cosas sencillas», nos condujeron a materializar el sueño de nuestra vida en una empresa, alrededor del «alma de mi pueblo» el café.
Esta denominación se entrega a un producto con alto nivel de calidad gracias al vínculo con el medio geográfico en alguna de las etapas de su producción, transformación y/o elaboración.
Hacerse acreedor a la Indicación Geográfica protegida (IGP) de la Unión Europea implica que, en Europa se habla del café de Colombia con el mismo reconocimiento que tienen los vinos espumosos de
champaña o el queso Roquefort.
Este sello incrementa el buen nombre del café Colombiano en todo el mundo.
Recomendaría las siguientes páginas de Internet:
http://es.wikipedia.org/wiki/cafe
cafedecolombia.com
eltiempo.com
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